-A pesar de las recomendaciones de la autoridad, un puñado de hinchas no pudo contener las ganas de celebrar en la Plaza de Armas. Hubo cánticos, llanto de alegría y profunda emoción, bombos y hasta fuegos artificiales.
Cuarentena, toque de queda y restricción vehicular. La recomendación de la autoridad era no salir a festejar a las calles el título de Ñublense, pero para un gran puñado de hinchas del Rojo, las ganas de dar rienda suelta a un festejo y desahogo en un año tan duro por culpa del coronavirus, fueron incontenibles. Por eso los más fieles, llegaron a la Plaza de Armas para festejar con bombos, cánticos y hasta con fuegos artificiales la corona de campeón del equipo de Jaime García y el retorno a Primera. Otros salieron al volante de sus autos tocando sus bocinas y enarbolando sus banderas ante la paciente mirada de carabineros. Sólo había ánimo de vivir la alegría y festejar. El hincha sufrido del Rojo tuvo su desahogo y la alegría más linda del año que se fue, para silenciar el dolor de una pandemia maldita.
